Inicio (parte 2)
Para continuar veamos que nos dice al respecto nuestra Iglesia Católica en el Catecismo:
295. Creemos que Dios creó el mundo según su sabiduría (cf. Sb 9,9). Éste no es producto de una necesidad cualquiera, de un destino ciego o del azar. Creemos que procede de la voluntad libre de Dios que ha querido hacer participar a las criaturas de su Ser, de su sabiduría y de su bondad.
460 «El Verbo se encarnó para hacernos partícipes de la Naturaleza Divina Porque tal es la razón por la que el Verbo se hizo hombre, y el Hijo de Dios, hijo del hombre, para que el hombre al entrar en comunión con el Verbo y al recibir así la filiación divina, se convirtiera en hijo de Dios. (S. Irineo) Porque el Hijo de Dios se hizo hombre para hacernos dios. (S. Atanasio) El Hijo unigénito de Dios, queriendo hacernos partícipes de su Divinidad, asumió nuestra naturaleza, para que, habiéndose hecho hombre, hiciera dioses a los hombres» (Sto. Tomás)
475 «Cristo posee dos voluntades y dos operaciones naturales, divinas y humanas, no opuestas, sino cooperantes, de forma que el Verbo hecho carne, en su obediencia al Padre, ha querido humanamente todo lo que ha decidido divinamente con el Padre y el Espíritu Santo para nuestra salvación. La voluntad humana de Cristo sigue a su Voluntad Divina sin hacerle resistencia ni oposición, sino todo lo contrario estando subordinada a esta Voluntad Omnipotente»
521 «Todo lo que Cristo vivió hace que podamos vivirlo en Él y que Él lo viva en nosotros. El Hijo de Dios con su encarnación se ha unido en cierto modo con todo hombre (GS 22,2). Estamos llamados a no ser más que una sola cosa con Él; nos hace comulgar en cuanto miembros de su Cuerpo en lo que Él vivió en su carne por nosotros y como modelo nuestro» Debemos continuar y cumplir en nosotros los estados y misterios de Jesús, y pedirle que los realice y lleve a plenitud en nosotros y en toda su Iglesia. Porque el Hijo de Dios tiene el designio de hacer participar y de extender y continuar sus misterios en nosotros y en toda su Iglesia por las gracias que Él quiere comunicarnos y por los efectos que quiere obrar en nosotros gracias a estos misterios. Y por este medio quiere cumplirlos en nosotros.
759. El Padre eterno creó el mundo por una decisión totalmente libre y misteriosa de su sabiduría y bondad. Decidió elevar a los hombres a la participación de la vida divina a la cual llama a todos los hombres en su Hijo: Dispuso convocar a los creyentes en Cristo en la santa Iglesia.
1701. Cristo, el nuevo Adán, en la misma revelación del misterio del Padre y de su amor, manifiesta plenamente el hombre al propio hombre y le descubre la grandeza de su vocación (GS 22, 1). En Cristo, imagen del Dios invisible (Col 1,15; cf 2 Co 4, 4), el hombre ha sido creado a imagen y semejanza del Creador. En Cristo, redentor y salvador, la imagen divina alterada en el hombre por el primer pecado ha sido restaurada en su belleza original y ennoblecida con la gracia de Dios.
Lo anterior está en perfecta sintonía con la segunda carta de San Pedro, que dice:
«A vosotros, gracia y paz abundantes por el conocimiento de nuestro Señor. Pues su divino poder nos ha concedido cuanto se refiere a la vida y a la piedad, mediante el conocimiento perfecto del que nos ha llamado por su propia gloria y virtud, por medio de las cuales nos han sido concedidas las preciosas y sublimes promesas, para que por ellas os hicierais partícipes de la naturaleza divina, huyendo de la corrupción que hay en el mundo por la concupiscencia»
Y también con San Juan, que dice:
"Ahora somos hijos de Dios, pero aún no se ha manifestado lo que habremos de ser. Pero sabemos que cuando Él se manifieste, seremos semejantes a Él porque le veremos como Él es". (I Sn. Juan 3: 1-2)
Como vemos, lo que se nos propone es, ni más ni menos, que llegar a participar, por medio de Jesús, de la naturaleza divina, porque así lo quiso nuestro Creador para lograr la finalidad delineada por su Amor.
Continuará...
Fiat hagace en su Divina Voluntad ❤️❤️❤️🙏❤️❤️
Me siento como una caja llena de tantas verdades que me desbordan de felicidad y quiciera que todos las conocieran y se llenaran de jubilo por tanto amor de nuestro Dios.
Bendito sea Dios, gracias infinitas por encontrarme con este gran regalo del cielo que me ayudara como volver a El viviendo en su Divina Voluntad, me siento muy feliz y quiero seguir hasta donde Dios me lo permita le doy mi Fiat gracias señor Jesús te amo te amo te