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                      LIBRO DE CIELO

   “Hija mía, la creación del hombre fue el centro donde nuestra Divinidad concentraba todos los bienes que debían surgir en la criatura, poníamos en ella Vida Divina y Voluntad Divina, vida humana y voluntad humana; la vida humana debía servirnos de habitación, y las dos Voluntades fundidas juntas debían hacer vida en común, con sumo acuerdo, más bien la voluntad humana debía tomar de la nuestra para formar sus actos, y la nuestra debía estar en acto continuo de dar de lo suyo para hacer que la voluntad humana quedase modelada y toda uniformada en la Divina Voluntad" 

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                                                               Agosto 3, 1931 Vol. 29

INTRODUCCIÓN

El verdadero camino que conduce a la santidad y por consiguiente a Dios, no puede ser trazado sino por el mismo Dios, por su Divina Voluntad.

Han pasado aproximadamente 6 mil años desde que Adán perdió el paraíso.
Pasaron 4 mil años en donde patriarcas, reyes y profetas anunciaron la venida del Mesías.

Han pasado más de 2 mil años desde que Jesús vino y fundó su Iglesia. 

 20 siglos pidiendo que Venga su Reino y se haga su Voluntad, así en el Cielo como en la tierra. 

        “Hija mía, sólo por quien vive en mi Querer me siento como correspondido por la Creación, por la Redención y por la Santificación, y me glorifica en el modo como la criatura debe glorificarme, por eso estas almas serán gemas de mi trono y tomarán en ellas todos los contentos, la gloria que cada bienaventurado tendrá para sí solo, estas almas estarán como reinas en torno a mi trono, y todos los bienaventurados les estarán en torno, y como los bienaventurados serán tantos soles que resplandecerán en la Jerusalén Celestial,

las almas que habrán vivido en mi Querer resplandecerán en mi mismo Sol, estarán como fundidas con mi Sol, y los bienaventurados verán a estas almas dentro de Mí mismo, pues es justo que habiendo vivido en la tierra unidas Conmigo, con mi Querer, no habiendo vivido vida propia, es muy justo que en el Cielo tengan un puesto diferente de todos los demás, y continúen en el Cielo la vida que llevaron en la tierra, todas transformadas en Mí e inabismadas en el océano de mis contentos”.

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                          Agosto 12, 1916 Vol. 11

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